Cap.7
La chica empezó a llamarla.
Cuando la vi aparecer me sonrojé, noté como mis
mejillas ardían.
G.- ¡¡Tú!! ¿pero qué haces aquí?...no
te esperaba.
A.- Yo....-dije bajando la vista-
G.- Disculpa, pasa, tienes que cambiarte de
ropa, estas empapada, ¿y el pie?, ¿por qué cojeas?
A.- No creo que sea nada, he tropezado al salir
del taxi.
G.- Vamos, ven conmigo, necesitas una ducha y
ropa limpia.
Al cabo de media hora me sentía como nueva,
aunque el tobillo seguía dolorido.
Salí del cuarto de baño, Gabriella me esperaba
en el sofá, con una taza de té caliente.
G.- Ven, siéntate a mi lado y
hablemos...
Me senté a su lado, no podía quitar la mirada
de sus ojos.
¿Hablar?, lo único que yo quería era besarla, y
eso hice.
La besé dulcemente...beso, que por
suerte para mí, fue correspondido.
Gabriella se separó de mí.
G.- Te he echado de menos...¿sabes?, no
pensaba volver.
Gabriella y yo estábamos abrazadas, cuando
apareció la chica que me había abierto la puerta.
No sé qué hablaron entre ellas, el caso es que
Gabriella me llevó a su habitación.
A.- ¿Molesto?...es que no se inglés, y no sé
si tú y ella...
Gabriella comenzó a reír.
G.- ¿Quieres saber lo que me ha dicho?.
A.- Si no te importa...
G.- Ha dicho que me dejara de tonterías, te
llevara a la cama y te echara un buen polvo.
A.- ¿Eso soy para ti?.
Gabriella hizo un gesto, se hacía la
interesante, como si se lo estuviera pensando.
G.- Mmmm...¿que eres para mí?, buena pregunta...
A.- Respóndeme...estoy aquí por ti...
G.- Creo que eres la persona que buscaba, estoy
enamorada de ti, por eso me fui.
>Hablé con Gemma antes de irme y le hice
prometerme que solo te daría mi dirección si veía que realmente me necesitabas,
ella te conoce muy bien...y no se ha equivocado, me dijo que vendrías.
A.- Pero tú sabes...digo...tú
sabes...a lo que me dedico...
G.- Sé que eras la dueña de una Boutique, en la
que trabajo...aunque bueno...quizás hayas venido a despedirme...
Me lo estaba poniendo fácil, cosa que yo
agradecía.
A.- No estas despedida...quiero que te
vengas conmigo...te necesito, te quiero, estoy completamente enamorada de
ti.
Pero también quiero que sepas, que no necesito
nada más en mi vida...sólo a ti. El móvil con el que recibía las llamadas
de “mis clientas” lo he hecho desaparecer de camino hacia aquí.
Cuando vuelva, daré de baja la línea del
teléfono y eso será parte de mi pasado.
Gabriella se acercó a mí, levanto con su mano
mi barbilla y me besó.
G.- No me importa lo que hayas echo, habrás
tenido tus motivos y no soy nadie para juzgarte.
>Lo que me importa es lo que hagas a partir de
ahora, el ayer es pasado...
A.- Entonces...¿quieres estar conmigo?,
¿seguirás trabajando conmigo?, ¿ te volverás a Madrid conmigo?...
G.- Ehhh... para con tantas
preguntas...aunque, a todas te digo sí.
Nos fundimos en un abrazo, al cual le siguieron
miles de besos...amanecimos en la cama abrazadas la una a la otra.
Nuestras miradas se encontraron y comenzamos a
besarnos, la deseaba tanto, la amaba tanto.
Nuestras manos debajo del edredón comenzaron a
tener vida propia, recorrían nuestros cuerpos desnudos, cada vez más deseoso
del cuerpo de la otra.
En ese momento, una voz inoportuna desde el
otro lado de la puerta gritaba...Do you want to have a breakfast?.
G.- No, thanks...
A.- Yo solo la miraba.
G.- Cariño, ¿tienes hambre?.
A.- Si...
G.- Ahhh...bueno, pues entonces nos
levantamos.
A.- Tengo hambre sí, pero de ti...
Gabriella levantó el edredón tapándonos a las
dos y empezó a besar todo mi cuerpo.
Se puso encima de mí, a horcajadas y levantó
mis brazos dejando mi boca y mi pecho a su disposición.
Mi lengua y su lengua jugaban al unísono,
mientras su cuerpo comenzó a moverse lentamente sobre el mío.
Bajó por mi cuello, dejando en cada poro de mi
piel miles de besos, hasta llegar a mi pecho, lo aprisionó con sus manos,
jugando con mis pezones con sus dedos, hasta que una vez erectos, se introdujo
un pezón en su boca.
Su lengua lo rodeaba y su boca lo aprisionaba.
Con sus manos seguía tocando mi cuerpo, bajaba
por mis caderas, las que agarró más fuerte, haciendo que nuestros sexos se
juntaran más.
Cada vez se movía más rápido y el edredón cayó
al suelo, quería ver su cuerpo desnudo encima de mí, ver sus pechos moviéndose
a la vez que mis manos los agarraban.
Con un beso la hice ponerse a mi lado, yo
también quería tocarla y que sintiéramos las dos a la vez ese placer que me
estaba inundando.
Juntamos nuestros cuerpos, besándonos cada vez
con más pasión, entrelazando las piernas, hasta que nuestras manos buscaron el
sexo de la otra, las dos estábamos mojadas.
Nuestros dedos comenzaron a indagar dentro de
nuestros cuerpos, entrando y saliendo de ellos.
Nuestra respiración cada vez era más agitada,
nuestros gemidos ya no eran silenciosos....
Tuvimos un orgasmo a la vez, acallando nuestros
gemidos con un beso.
Nos abrazamos, acariciándonos lentamente, con
besos suaves.
G.- Te amo...
A.- Te amo...
Al día siguiente volvimos a Madrid.
Como le prometí a Gabriella, di de baja la línea
del móvil.
Ya era libre, había dejado atrás mi pasado o al
menos eso creía yo...
A la semana siguiente estaba atendiendo a una
clienta en la Boutique, cuando una mujer entró y preguntó por mí.
Le pedí a Gabriella que siguiera atendiendo
ella y me presenté.
A.- Sí, soy yo, ¿que desea? ¿buscaba algo en
especial?...
Mujer.- Te buscaba a ti...
A.- No entiendo...
Mujer.- Una amiga me ha hablado de tus
servicios y venía a pedirte cita.
Mi rostro cambió, notaba como mis mejillas ardían.
A.- ¿Disculpe?, no sé de qué me habla...si no
le importa, le agradecería que saliera de la tienda.
Mujer.- Mi amiga me ha acompañado, mira hacia
afuera, ¿no la reconoces?...
Fuera, estaba Yohana, con una sonrisa en su
cara...me miraba desafiante.
Mi cuerpo se llenó de rabia, mis ojos se
encontraron con los suyos.
Sin perder la compostura, miré de nuevo a la
mujer que tenía frente a mí.
A.- No, no la conozco de nada, y como ya le he
dicho le agradecería que se fuera...
Esa mujer salió de la tienda sonriendo.
Yohana fuera me guiñaba un ojo.
Me metí en mi despacho.
Al cabo de 5 minutos entraba Gabriella
preocupada.
Me encontró sentada con las manos tapándome la
cara, aunque no podían tapar mis lágrimas.
Se abrazó a mí, quitó mis manos y beso mi cara.
G.- Ya ...cariño, no llores, me partes el alma.
A.- Lloro de rabia.....esa mujer me quiere
hacer la vida imposible, primero me apartó de ti y ahora quiere que mi negocio
se vaya abajo.
G.- Juntas podremos con ella.
A.- Gabriella, ¿me quieres?
G.- Creo que te lo he demostrado.
A.- Lo sé...¿pero?, ¿tanto como para empezar
de nuevo?.
G.- No te entiendo, explícate.
Miré fijamente a los ojos de Gabriella, veía
tanto amor en ellos.
A.-Podríamos irnos a París....
G.- ¿París?, ¿quieres huir?
A.- No es huir, es olvidar, no te pido irnos
para siempre, quizá un tiempo....
G.- Irnos juntas...Mmmm...siempre he sido
muy aventura, quizá no estaría mal.
Nos fundimos en un abrazo.
G.- ¿Pero? El negocio, ¿qué pasaría?
A.-Estoy dispuesta a venderlo y, bueno....en
París tengo buenos amigos, nos ayudarían a empezar, a encontrar local, piso, en
fin...empezar de nuevo tú y yo solas.
G.- ¿Tu y yo viviendo juntas? Me gusta la
idea. Tenerte para mí, despertar cada mañana a tu lado.
>Te apoyaré en lo que decidas, y bueno...¿cuándo
nos vamos?
A los tres meses ya teníamos todo preparado
para irnos.
Preparamos una fiesta en el ático, es lo único
que no había vendido, no quería deshacerme del único nidito de amor que había
compartido con Gabriella.
Nos despedidos de nuestros amigos.
A nuestra llegada a París, Pierre nos esperaba.
Nos ayudó en todo, un local en un barrio muy
coqueto y por suerte para nosotras, enfrente del local vendían un piso.
Pusimos la Boutique y la verdad no os iba nada
mal.
Nos amoldamos a vivir en París, las dos
hablábamos el idioma.
Nuestro amor cada vez iba creciendo más y más.
Hasta que una mañana al despertar, Gabriella
con un brazo apoyado en la almohada me miraba...
A.- Buenos días mi amor....¿porque me miras
así?
G.- Te quiero...
Me besó dulcemente en los labios.
A.- Te amo...
G.- ¿Sabes? Hay algo que deseo con
todo mi corazón.
A.- Dime...
G.- Quiero tener un hijo contigo.
A.- Yo... no puedo quedar embarazada.
G.- Lo sé...pero yo sí, además, me he estado
informando, y...
A.-¿Y?